Esto es algo que ha estado dando vueltas y vueltas en mi cabeza desde hace ya algunos años y necesito confesarlo.
Disfruto mucho tu compañía y creo que lo sabes, pero ese no es ningún secreto, desde hace ya muchos años que somos buenos amigos, aunque no tan buenos como yo quisiera.
Últimamente nuestras conversaciones derivan en temas de connotación homosexual, algo que antes no sucedía. En los últimos años hemos hablado en varias ocasiones de las relaciones homosexuales, mayormente del sexo y hasta has bromeado con la posibilidad de intentarlo. Pero así como hablamos de ello, de pronto te clavas en otras cosas, en miedos y prejuicios de los cuales no sé como sacarte. Del miedo al sexo anal, de lo "anti-natural" que te parece que es, de los riesgos y una serie de razones por los que me das a entender que jamás lo probarías siquiera.
Es una pena.
Desde que te conocí ha sido evidente mi deseo por ser poseido por ti, deseo que en incontables ocasiones he tenido que suprimir, debido a la sociedad en la que vivimos, y en lo que nos han enseñado a creer que es "correcto" e "incorrecto" Desde que tenía 14, hubiera dado lo que fuera por hacer todo lo "incorrecto" contigo, pero siempre tuve miedo, sigo teniendo miedo. Miedo a que me rechaces, que te asustes, que me ofendas, que me alejes de ti. He preferido sufrir esta condena en silencio, pero a tu lado, que lejos de ti.
Soñando, esperando que cada vez que terminas con una de tus novias estés tan herido que acudas a mi, no solo para darte un consejo y escucharte, sino para darte lo que ellas no te han sabido dar, para amarte sin medida, entregarme por completo a ti, y ser completamente tuyo.
Pero siempre sanas las heridas más pronto de lo que hubiera imaginado, antes de que termine de insinuarme ya estás con alguien más, alguien más que tampoco te quiere, que te lastimará igual que las otras, y que tampoco te dejará entregarte, ni se entregará nunca a ti como yo lo haría.
Y no me queda más que callar y verte sufrir en silencio, esperando el momento en el que nuevamente me necesites.
Últimamente las señales han sido más confusas de lo normal, esta misma persona con la que terminas y vuelves y terminas y vuelves, a pesar de que ya no queda nada entre ustedes, probablemente ni siquiera un buen recuerdo. Ha sido con ella con quien te he sentido más cerca y más lejos que nunca. Hemos hablado tantas veces de la homosexualidad que ya casi no me cuesta trabajo expresarte lo que siento.
A menudo pienso que la razón por la que hablas de esos temas conmigo es porque te interesa saber si estoy abierto a una relación aunque sea experimental. De hecho, deseo que así fuera. Pero nunca estoy seguro.
Recuerdo la vez que me dijiste que estabas considerando seriamente cambiarte de bando. Recuerdo que pensé en decirte: "pues si tu te cambias yo me cambio contigo" o "si quieres podemos intentarlo" algo así es lo que debía decirte, y en su lugar dije una estupidez, no recuerdo cual fue, pero recuerdo que fue como un portazo en la nariz. Así sentí las respuesta que te di, como si hubiera cerrado esa puerta, y por un buen tiempo tu no volviste a abrirla. Nunca me sentí tan estúpido.
En otras ocasiones el tema ha salido casi como de la nada. Pero lo que sí he notado es que tu eres quien lo menciona, y por lo general lo haces cuando estamos solos. Lo cual me confunde. Si es verdad que no tienes interés, ni curiosidad, si lo ves como algo tan "anormal" ¿por qué mencionarlo? ¿por qué hablar de la posibilidad? ¿por qué cuando estamos solos?
Lo que más me saca de onda es la manera en la que te expresas del sexo anal, la manera en la que injustificadamente lo haces algo "sucio" e "incorrecto". Claramente expresas que el culo "no es para eso" dandome a entender que no lo apruebas.
He ahí mi mayor conflicto, ¿cuál sería el punto de perseguir una relación contigo si no estás dispuesto a penetrarme? si lo ves como algo tan "equivocado" y "grotesco" Yo pensé que te gustaba lo "grotesco" Nunca creí oirte decir semejantes cosas acerca de lo que sería la mejor y más frecuente manera de demostrar nuestro amor si fueramos una pareja.
Lo peor es que tratándose de ti, no me bastaría jamás con el hecho de que me penetraras, sería primordial, por sobre cualquier otra cosa que lo hicieras sin condón y que eyacularas dentro de mi, todas las veces. Sin haberlo probado aún, el sólo deseo me hace adicto a tu semen. Jamás desperdiciaría una sola gota.
El sexo anal es igual de "seguro" o "peligroso" que el sexo vaginal, deberías investigarlo si no me crees. El sida es sólo un peligro entre personas infectadas y personas sanas, lo mismo que las demás enfermedades de transmisión sexual. La palabra clave aquí es "TRANSMISION" son enfermedades que se transmiten, se contagian. No se generan espontáneamente. Entre dos personas sanas, el riesgo es virtualmente nulo. Yo sé que yo estoy sano, puesto que soy prácticamente vírgen, y creo que tu debes de estar bastante sano también, así que dudo que representes un riesgo para mi.
Esto básicamente quiere decir que deberíamos de sentir la libertad de amarnos sin límites, sin barreras ni cubiertas de plástico. Me encantaría ser tu amigo, tu confidente y tu amante. La persona con la que vivas tu sexualidad a tope y en completa libertad (pero con absoluta discresión). Me encantaría que esos momentos incómodos que pasamos en silencio y sumidos en pensamientos y fantasías se convirtieran en momentos de pasión pornográfica y sexo salvaje.
Estoy seguro que tienes un pitote, en tus indirectas me has dado a entender que te mide como 7 pulgadas (igual que el mío), sé también (gracias a las impertinencias del gus) que estás circuncidado, lo cual es una lástima porque a mi me excita mucho el prepucio, pero no me importa, en tu caso lo que más me importa es tu glande y tu semen, no tu prepucio. Lo que nunca he sabido es que tanto eyaculas, ni la textura que tiene tu semen, ni a qué sabe, ni lo que piensas acerca del semen. Y me muero por averiguarlo.
No temas, estoy preparado a recibir la noticia de que a ti no te interesa ser penetrado, ni eyaculado, entiendo que tu si eres hombre. Y eso está bien, yo no pretendo que cambies quien eres, ni que hagas cosas que no quieres hacer. Pero me gustaría que consideraras seriamente la posibilidad de tener mi culito, si lo piensas, no estarías haciendo nada diferente conmigo, seguirías siendo tu quien penetrara, seguirías siendo tu el hombre; yo lo único que quiero es sentirme poseido y dominado por tu hombría, por tu sexo, sentirte alcanzando el éxtasis mientras te derramas dentro de mi. Sin que esto afecte negativamente nuestra amistad. Ser tu putita en la cama (y en donde tu quieras), aunque nadie nunca lo sepa. Un secreto entre tu y yo. Quiero hacer realidad todas estas fantasías contigo. Lo único que te pido es que no tengas miedo y que dejes de gastar tu dinero en condones, no los necesitamos, por más que quisiera nunca me podré embarazar de ti, por más que eyacules dentro de mi, hasta adentro una y otra y otra vez. Pero podemos intentarlo todas las veces que quieras.
Te Amo Iván, y te deseo más que nadie.
:booty:
Disfruto mucho tu compañía y creo que lo sabes, pero ese no es ningún secreto, desde hace ya muchos años que somos buenos amigos, aunque no tan buenos como yo quisiera.
Últimamente nuestras conversaciones derivan en temas de connotación homosexual, algo que antes no sucedía. En los últimos años hemos hablado en varias ocasiones de las relaciones homosexuales, mayormente del sexo y hasta has bromeado con la posibilidad de intentarlo. Pero así como hablamos de ello, de pronto te clavas en otras cosas, en miedos y prejuicios de los cuales no sé como sacarte. Del miedo al sexo anal, de lo "anti-natural" que te parece que es, de los riesgos y una serie de razones por los que me das a entender que jamás lo probarías siquiera.
Es una pena.
Desde que te conocí ha sido evidente mi deseo por ser poseido por ti, deseo que en incontables ocasiones he tenido que suprimir, debido a la sociedad en la que vivimos, y en lo que nos han enseñado a creer que es "correcto" e "incorrecto" Desde que tenía 14, hubiera dado lo que fuera por hacer todo lo "incorrecto" contigo, pero siempre tuve miedo, sigo teniendo miedo. Miedo a que me rechaces, que te asustes, que me ofendas, que me alejes de ti. He preferido sufrir esta condena en silencio, pero a tu lado, que lejos de ti.
Soñando, esperando que cada vez que terminas con una de tus novias estés tan herido que acudas a mi, no solo para darte un consejo y escucharte, sino para darte lo que ellas no te han sabido dar, para amarte sin medida, entregarme por completo a ti, y ser completamente tuyo.
Pero siempre sanas las heridas más pronto de lo que hubiera imaginado, antes de que termine de insinuarme ya estás con alguien más, alguien más que tampoco te quiere, que te lastimará igual que las otras, y que tampoco te dejará entregarte, ni se entregará nunca a ti como yo lo haría.
Y no me queda más que callar y verte sufrir en silencio, esperando el momento en el que nuevamente me necesites.
Últimamente las señales han sido más confusas de lo normal, esta misma persona con la que terminas y vuelves y terminas y vuelves, a pesar de que ya no queda nada entre ustedes, probablemente ni siquiera un buen recuerdo. Ha sido con ella con quien te he sentido más cerca y más lejos que nunca. Hemos hablado tantas veces de la homosexualidad que ya casi no me cuesta trabajo expresarte lo que siento.
A menudo pienso que la razón por la que hablas de esos temas conmigo es porque te interesa saber si estoy abierto a una relación aunque sea experimental. De hecho, deseo que así fuera. Pero nunca estoy seguro.
Recuerdo la vez que me dijiste que estabas considerando seriamente cambiarte de bando. Recuerdo que pensé en decirte: "pues si tu te cambias yo me cambio contigo" o "si quieres podemos intentarlo" algo así es lo que debía decirte, y en su lugar dije una estupidez, no recuerdo cual fue, pero recuerdo que fue como un portazo en la nariz. Así sentí las respuesta que te di, como si hubiera cerrado esa puerta, y por un buen tiempo tu no volviste a abrirla. Nunca me sentí tan estúpido.
En otras ocasiones el tema ha salido casi como de la nada. Pero lo que sí he notado es que tu eres quien lo menciona, y por lo general lo haces cuando estamos solos. Lo cual me confunde. Si es verdad que no tienes interés, ni curiosidad, si lo ves como algo tan "anormal" ¿por qué mencionarlo? ¿por qué hablar de la posibilidad? ¿por qué cuando estamos solos?
Lo que más me saca de onda es la manera en la que te expresas del sexo anal, la manera en la que injustificadamente lo haces algo "sucio" e "incorrecto". Claramente expresas que el culo "no es para eso" dandome a entender que no lo apruebas.
He ahí mi mayor conflicto, ¿cuál sería el punto de perseguir una relación contigo si no estás dispuesto a penetrarme? si lo ves como algo tan "equivocado" y "grotesco" Yo pensé que te gustaba lo "grotesco" Nunca creí oirte decir semejantes cosas acerca de lo que sería la mejor y más frecuente manera de demostrar nuestro amor si fueramos una pareja.
Lo peor es que tratándose de ti, no me bastaría jamás con el hecho de que me penetraras, sería primordial, por sobre cualquier otra cosa que lo hicieras sin condón y que eyacularas dentro de mi, todas las veces. Sin haberlo probado aún, el sólo deseo me hace adicto a tu semen. Jamás desperdiciaría una sola gota.
El sexo anal es igual de "seguro" o "peligroso" que el sexo vaginal, deberías investigarlo si no me crees. El sida es sólo un peligro entre personas infectadas y personas sanas, lo mismo que las demás enfermedades de transmisión sexual. La palabra clave aquí es "TRANSMISION" son enfermedades que se transmiten, se contagian. No se generan espontáneamente. Entre dos personas sanas, el riesgo es virtualmente nulo. Yo sé que yo estoy sano, puesto que soy prácticamente vírgen, y creo que tu debes de estar bastante sano también, así que dudo que representes un riesgo para mi.
Esto básicamente quiere decir que deberíamos de sentir la libertad de amarnos sin límites, sin barreras ni cubiertas de plástico. Me encantaría ser tu amigo, tu confidente y tu amante. La persona con la que vivas tu sexualidad a tope y en completa libertad (pero con absoluta discresión). Me encantaría que esos momentos incómodos que pasamos en silencio y sumidos en pensamientos y fantasías se convirtieran en momentos de pasión pornográfica y sexo salvaje.
Estoy seguro que tienes un pitote, en tus indirectas me has dado a entender que te mide como 7 pulgadas (igual que el mío), sé también (gracias a las impertinencias del gus) que estás circuncidado, lo cual es una lástima porque a mi me excita mucho el prepucio, pero no me importa, en tu caso lo que más me importa es tu glande y tu semen, no tu prepucio. Lo que nunca he sabido es que tanto eyaculas, ni la textura que tiene tu semen, ni a qué sabe, ni lo que piensas acerca del semen. Y me muero por averiguarlo.
No temas, estoy preparado a recibir la noticia de que a ti no te interesa ser penetrado, ni eyaculado, entiendo que tu si eres hombre. Y eso está bien, yo no pretendo que cambies quien eres, ni que hagas cosas que no quieres hacer. Pero me gustaría que consideraras seriamente la posibilidad de tener mi culito, si lo piensas, no estarías haciendo nada diferente conmigo, seguirías siendo tu quien penetrara, seguirías siendo tu el hombre; yo lo único que quiero es sentirme poseido y dominado por tu hombría, por tu sexo, sentirte alcanzando el éxtasis mientras te derramas dentro de mi. Sin que esto afecte negativamente nuestra amistad. Ser tu putita en la cama (y en donde tu quieras), aunque nadie nunca lo sepa. Un secreto entre tu y yo. Quiero hacer realidad todas estas fantasías contigo. Lo único que te pido es que no tengas miedo y que dejes de gastar tu dinero en condones, no los necesitamos, por más que quisiera nunca me podré embarazar de ti, por más que eyacules dentro de mi, hasta adentro una y otra y otra vez. Pero podemos intentarlo todas las veces que quieras.
Te Amo Iván, y te deseo más que nadie.
:booty: